Cuando la incertidumbre se vuelve costumbre,
esclaviza tu equilibrio y banaliza tu valentía.
Cuando la incertidumbre adormecida te abraza,
se convierte en destructora de sueños y fantasías.
Y aunque no ata ni amordaza,
es una creadora de inseguridad y mentiras.
No sé cómo soy…
No soy tan dócil como la hiedra,...
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