Viento blanquesino cautivado por la nieve,
abrazado a tu espalda, frío al que le temes,
nos acerca aún más en nuestra habitación.
Viento azul de mis días y mis noches,
cómo danzas entre su amor y mi amor,
cómo rozas su piel, con tanto derroche,
cómo te mueves al ritmo de mi corazón,
cómo levantas su falda, cómo grita el reproche,
en ella inquieta, en mí despierta pasión.
El viento de la sierra, de la cima de la montaña,
del desierto con olor a tierra, a madera de la cabaña,
lento y rojizo cuando lo acaricia el sol,
siempre cálido y fresco para nuestro amor,
es el viento del deseo, ese es el viento de los dos!
No sé cómo soy…
No soy tan dócil como la hiedra,...
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