Pedirte que me quieras, imponerte mi presencia,
no es parte de mi alma ni mi esencia,
tampoco forzar situaciones que dan pena,
no presiono por amores que envenenan,
abandono las prisiones que encadenan.
El quedarme junto a tí me condena
a tu inconstancia, a tu desnuda indiferencia.
Me quedo con mi conciencia, sin tu cautela,
no puedo amarte así, es una verdadera pena!
No sé cómo soy…
No soy tan dócil como la hiedra,...
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