Y así…la luz del día iluminó tu cara, la mía!
El cielo y el mar en su beso profundo, eterno,
consintieron que tu alma, mi cuerpo,
entre el danzar de las olas, el nocturno silencio,
vibraran de amor hasta el amanecer!
Y así…la luz de tu sonrisa iluminó desde entonces,
el fascinante sendero que me conduce a ti sin temor,
que me guía hacia tu horizonte cautivador
y hace que me quede junto a tí, mi loco soñador!
No sé cómo soy…
No soy tan dócil como la hiedra,...
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